LA TUTORÍA
La tutoría ha estado presente en
diferentes épocas, espacios formativos y niveles educativos, tanto nacionales
como internacionales, y se ha considerado como una disciplina que contribuye a
la formación integral del alumnado. En este sentido, la tutoría se considera un
tiempo para el acompañamiento y la gestión de un grupo escolar coordinado por
un docente. Éste, en su carácter de tutor, contribuye al desarrollo personal,
social, afectivo, cognitivo y académico de los alumnos, es decir, a su
formación integral. Por esta razón, tutoría no es una extensión de la
asignatura que imparte el docente, tampoco un periodo para realizar repasos o
asesorías académicas de las asignaturas, ni para desarrollar actividades sin intención
didáctica que desvirtúen su naturaleza. La tutoría promueve, desde la voz y
acción de los adolescentes, procesos de autoconocimiento, diálogo, reflexión,
autorregulación, desarrollo de habilidades, asertividad, identificación de
factores de riesgo y de protección, escucha activa con sus pares y su tutor,
los cuales coadyuvan en la convivencia y la conformación de su identidad.
Asimismo, el espacio curricular de tutoría está destinado para desarrollar
actividades de reflexión, análisis y discusión del grupo en torno a situaciones
de su interés, y además se plantea el trabajo de acuerdo con el desarrollo de
cuatro ámbitos, descritos en el apartado “Ámbitos de acción tutorial”, a partir
de los cuales se promueve la creación de un ambiente escolar que propicie la
integración, la participación y el mejoramiento de la convivencia social.