MISION Y VISION.

MISION: Dar cumplimiento con equidad y calidad al mandato de impulsar una educación integral de calidad en el individuo; a través de un enfoque pedagógico humanista, dinámico y centrado en el alumno, para transitar del énfasis en la enseñanza al énfasis en el aprendizaje.

VISION: Lograr que los alumnos en el centro escolar alcancen los mas altos estándares de calidad de aprendizaje para la vida, así como formar ciudadanos que aprecien y practiquen los derechos humanos; y reconozcan y respeten la diversidad social, cultural, lingüística, de capacidades, estilos y ritmos de aprendizaje de los individuos que integran una sociedad contemporánea y globalizada.

viernes, 26 de abril de 2013

LA TUTORIA EN EL CAMPO DE FORMACION.

DESARROLLO PERSONAL Y PARA LA CONVIVENCIA.
  
En la escuela secundaria, el campo Desarrollo Personal y para la Convivencia articula todo el mapa curricular, destacando las asignaturas de Formación Civica y Ética (FCyE), Asignatura Estatal,  Educación Física y Educación Artística, así como el espacio de Tutoría, para dar continuidad a los procesos formativos desplegados a lo largo de la educación básica a través del desarrollo de competencias y de los aprendizajes esperados en estos espacios curriculares.




ENFOQUE Y ORIENTACIONES GENERALES DEL CAMPO

La Tutoría fortalece la formación del alumnado mediante el acompañamiento académico, social y emocional, el apoyo para el desarrollo de las habilidades sociales y las capacidades necesarias para el logro educativo, la prevención de riesgos, para optar por estilos de vida saludables así como para construir un proyecto de vida sustentado en sus metas y valores.

Dos líneas formativas articulan este campo: la conciencia de sí y la convivencia. En ellas confluyen los aprendizajes esperados y las competencias mediante los cuales los alumnos aprenden a ser, a aprender, a hacer y a convivir.

a) La conciencia de sí.
Integra procesos formativos, competencias y nociones que inciden en el desarrollo personal, como el autoconocimiento, la conciencia del cuerpo y de las emociones, la auto-aceptación, el desarrollo del potencial, la autorregulación, el auto-cuidado, la identidad personal, de género y colectiva.
El autoconocimiento fortalece la capacidad del alumnado para formar juicios críticos sobre sus actos, valores y decisiones con un sentido ético. Es la base para la autoestima, la asertividad y la formación del sujeto consciente de sus derechos y responsabilidades. Para el desarrollo personal es primordial que el alumnado fortalezca su capacidad de regular sus acciones, deseos y reacciones para adecuar y moderar su comportamiento de manera autónoma y responsable con base en la legalidad, los juicios razonados y la consideración de los intereses y derechos del otro.

b) Convivencia.
Como parte del desarrollo personal y social, la convivencia enfatiza el derecho humano a vivir en un ambiente de paz, seguridad y equidad, en el que el adolescente sea tratado de manera digna y respetuosa, así como la obligación de brindar este mismo trato a los demás.
Convivir implica poner en práctica los valores universales, respetar la diversidad cultural, la equidad de géneros, el ejercicio de la ciudadanía, la vivencia de la paz, el respeto a los derechos humanos y la aplicación de los principios democráticos en la vida cotidiana. Al convivir, el alumnado se relaciona con su mundo de manera sensible, desarrolla capacidades para comprender a los otros, y puede imaginar otras formas de pensar y afrontar el futuro.

Principios que orientan la organización pedagógica del Campo.
Como se aprecia en el texto hay diez puntos que orientan la relación pedagógica, los procesos formativos y la organización de la experiencia de aprendizaje y de tutoría en los espacios curriculares del campo Desarrollo personal y para la convivencia. En los diversos apartados de las orientaciones para el diseño de los planes de acción tutorial se verá claramente cómo estos puntos contribuyen a organizar el espacio de tutoría.

Integralidad
Articular varias dimensiones formativas, considerando las características personales, culturales, de desarrollo, necesidades formativas, su identidad, capacidad de autocuidado, autoaceptación y visión de futuro.

Caracter significativo y vivencial de los aprendizajes
Relacionar los procesos formativos con la vida cotidiana del alumnado, con sus sentimientos, emociones, intereses y preocupaciones, así como con lo que ocurre en su entorno.
Crear condiciones para que los alumnos ejerzan sus derechos, aprendan de manera práctica a ser solidarios, justos y democráticos y cuestionen las condiciones y actitudes que lesionan la dignidad humana, como la inequidad, la injusticia, la discriminación, el autoritarismo y la negación de derechos.

Carácter práctico y transformador
Ofrecer experiencias formativas que apoyen al alumnado en el desarrollo de su potencial, en la aplicación de lo aprendido para solucionar problemas, para mejorar las condiciones del entorno y aportar a la construcción de un mundo mejor a través de la denuncia de injusticias, la acción organizada y la transformación de las condiciones adversas a la dignidad humana.

Énfasis en la persona
Planear una experiencia educativa en la que se propicie el trabajo con las emociones y se promueva relaciones interpersonales cálidas, igualitarias, de confianza y de respeto.
Tratar a cada alumno como persona, como ser valioso, propicie la construcción y la reconstrucción de la autoestima; forje identidades sólidas, individuales y colectivas con base en la conciencia de la dignidad y los derechos.
Evitar la violencia y la competitividad y promueva la solidaridad entre pares.
Reconocer que el aprendizaje es un proceso que parte de la persona y se fundamenta en su propia interioridad, así como en las condiciones de su contexto.

PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA ORGANIZACIÓN PEDAGÓGICA DEL CAMPO.
Comunicación efectiva
Emplear métodos dialógicos y construir ambientes formativos en los que se fortalezca la práctica del debate, la capacidad de argumentación, la escucha activa, la disposición a comprender lo que el otro plantea y a modificar sus propias posiciones en la construcción de consensos y en la expresión de disensos.

Problematización.
Fortalecer las capacidades de aprendizaje del alumnado para incrementar sus posibilidades de logro educativo.
Emplear la pedagogía de la pregunta y las técnicas de comprensión crítica.
Acompañar al alumnado en la reflexión sobre su proceso de aprendizaje y en la valoración de las estrategias que le dan resultado.
Fortalecer en el alumnado la valoración de sus aprendizajes previos.
Estimular la autonomía del alumnado y el compromiso en su proceso de aprendizaje.

El juego como medio educativo.
Reconocer la importancia del gozo en la experiencia educativa.
Fortalecer la capacidad de sentir y expresar afectos y emociones, de explorar diversas formas de interacción, de cooperación, de llevar a otros niveles las capacidades comunicativas, creativas y físicas, además de que contribuye al logro de los aprendizajes de otras asignaturas.

El autocuidado y la promoción de estilos de vida saludables.
Fomentar la responsabilidad en el cuidado de sí mismo, la autorregulación y el ejercicio responsable de la libertad.
Reconocimiento del derecho a ser protegido por su familia y por el Estado.
Incremento de la percepción de riesgo, de la capacidad de prevención, de denuncia y de perdir ayuda. Promover estilos de vida saludable.

Creatividad
Fomentar la respuesta creativa los conflictos y a los desafíos que las situaciones problema plantean al alumnado.
Reconocer que la creatividad no es un don, sino que se desarrolla.
Vincular la creatividad con la imaginación, la percepción de la realidad, la capacidad crítica y la búsqueda de soluciones.

Aprendizaje grupal y cooperativo.
Fortalecer la cooperación, el aprendizaje grupal y el trabajo encaminado al logro de objetivos comunes.
Desarrollar la capacidad para la toma de decisiones individuales y colectivas.
Fortalecer la capacidad de construir consensos y expresar disensos, críticas y cuestionamientos.
La tarea del tutor es atender y acompañar a las y los adolescentes en su desarrollo personal, en su constitución como sujetos sociales y en el logro educativo. Debido a esto, y a que curricularmente es distinto a las asignaturas, tutoría es un espacio privilegiado para fortalecer el proceso de Desarrollo personal y para la convivencia realizado desde preescolar.

El docente-tutor es un formador de seres humanos que requiere utilizar su
sensibilidad e inteligencia para potenciar las capacidades de sus alumnos y para
establecer con ellos un vínculo socioafectivo que fortalezca la conciencia de sí mediante el diálogo constante, la preocupación por
sus intereses y necesidades formativas, el apoyo a su desarrollo como adolescente y la construcción de una identidad sólida, incluyente y libre de prejuicios. Desde esta perspectiva, el conocimiento que el tutor tiene del alumnado y las posibilidades de comunicación en un entorno de confianza, representa para las y los adolescentes un factor de protección ante los riesgos que enfrentan en materia de violencia, sexualidad, adicciones, trastornos alimenticios, conductas delictivas, reprobación y abandono escolar. Esta vinculación socioafectiva es fundamental para promover un clima social que propicie la reflexión y el compromiso del alumnado en su proceso de aprendizaje y de desarrollo.
En relación con la convivencia, el espacio de Tutoría fortalece la integración del alumnado al grupo escolar y a otros grupos de pertenencia; contribuye a la cultura de la legalidad mediante su participación en la definición de normas y el compromiso para respetarlas; brinda espacios

La vinculación socioafectiva del docente con su grupo no implica establecer una relación afectiva con cada alumno, sino comprender sus necesidades, protegerlos, respetarlos y brindarles la calidez y el buen trato que necesitan.

EL ESPACIO DE TUTORÍA. SU APORTACIÓN AL CAMPO DESARROLLO PERSONAL Y PARA LA CONVIVENCIA.

Para la formación ciudadana a través del diálogo, la participación en la toma de decisiones colectivas, el ejercicio del principio de representación política, la organización de proyectos comunes y la realización de actividades para mejorar su entorno; fortalece la formación en valores a partir del respeto a la diversidad, el buen trato en las relaciones interpersonales, la responsabilidad, la cooperación y la paz en la solución de los conflictos.
Además de los procesos orientados a aprender a ser y aprender a convivir, el espacio de Tutoría aporta al campo el fortalecimiento del aprender a aprender y aprender a hacer, ya que se brinda un constante acompañamiento para el logro educativo, vinculado con una mayor capacidad del alumnado para asumir la responsabilidad en su proceso de aprendizaje, autoevaluar sus logros, definir estrategias para mejorar su aprendizaje y establecer compromisos personales y colectivos.

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